jueves, 27 de septiembre de 2012

Prólogo


 


Arde de súbito el valle inexplorado,
los márgenes fluviales lamiendo alegres
el rastro acuático.
La crecida lenta y el caudal ruidoso,
que susurra entre la piel ardiente.

En los aledaños el deseo despierta:
levantando puentes donde silba el viento
su antiguo hálito,
a ráfagas cruzando la garganta,
desplegando las velas a poniente.

Mariaje López 


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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Tras la puerta





Tu sonrisa de ayer
convertida en espera;
disolviendo la prisa,
regalando ternura sigilosa.

Tu sonrisa frecuente y delicada,
siempre cuidadosamente alerta,
sin importarle el lugar de donde brota.

El esfuerzo inevitable es menos duro,
cuando sabes que hay sonrisas
esperando tras la puerta. 


Mariaje López.


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domingo, 16 de septiembre de 2012

Nocturno



Al principio del verano, colgamos una gran hamaca de color calabaza entre dos postes del jardín. Al anochecer, me gusta descansar en ella meciéndome suavemente. Desde mi barca de algodón, veo a los gatos jugar entre las petunias. Aplico el oído a los sonidos nocturnos. A veces pienso que la música de la naturaleza es lo único que puede superar la majestad del silencio. Respiro la calma del instante.

De uno de los postes que escoltan la hamaca, pende un letrero de madera desgastada que reza: "Puente Viejo". Lo rescatamos del abandono un día de paseo campestre. En efecto poco antes habíamos dejado atrás un puentecillo muy deteriorado que no ostentaba nombre alguno.




Se alborota el aire y bisbisean las hojas los anhelos de una realidad secreta que esquiva al oído inexperto o en letargo.

¿Por qué esta noche tan bella me asalta el recuerdo de otras noches sin alma? Oscuridades que conminan a la quiebra vital sin restricciones.

Todo se supera si ayuda la voluntad. De la comprensión profunda nacen todas las posibilidades. Aprendí una regla que se cumple siempre: La COMPRENSIÓN definitiva de una sombra reemplaza al esfuerzo por derrotarla.

Sé que rompe esquemas, que derriba doctrinas asentadas, pero comprobé su verdad. DESVELADA TU LUCHA, YA NO LA NECESITAS.

El sueño va pesando en los párpados, y vence a todo un cielo pródigo sobre mí, más poderoso aquí y ahora incluso que el deseo repentino de apurar la magia de esta noche.

Mariaje López.




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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Indiferencia.






Lo ignoraba todo acerca de sí mismo. No recordaba su edad, ni su nombre, ni por qué se veía obligado a permanecer siempre anquilosado en la misma postura erecta, con la garganta muda y los ojos abiertos sin pestañear.

Y qué decir de su memoria, que no iba más allá de la noche anterior, la cual pasó en aquel callejón mugriento donde le sorprendió amanecer. Y ahora, durante el día, los transeúntes se mostraban indiferentes a su sufrimiento; y eso a pesar del descaro de sus miradas cuando pasaban por su lado.

Era imposible que ellos no olieran su miedo, que no percibieran su gesto de impotencia y desesperación. Resultaba evidente que les estaba pidiendo ayuda, y había que estar muy ciego para no verlo.

Aquel invierno inusualmente cálido le hacía sudar copiosamente a pesar del frío instalado en el cuerpo. Casi toda la nieve acumulada la noche anterior se derritió hacia la mitad del día, pero un sudor helado resbalaba por su frente nublándole la vista. Lloraba si cesar, y sin disimulo, mas nadie se acercó a preguntarle.

Fue entonces cuando sufrió un desvanecimiento. Al volver en sí y contemplar el mundo desde el suelo, creyó reconocer dos figuras que, ahora sí, se acercaban corriendo. Comprobó con desconcierto que aquellos dos niños le resultaban vagamente familiares. Antes de que la luz se apagara, logró escuchar lo que se decían:

—¡Ya te lo advertí, cabezota, que aquí daría el sol todo el día!
—Tienes razón. No era un buen sitio para un muñeco de nieve.

Mariaje López.

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jueves, 6 de septiembre de 2012

La elocuencia de las cosas.






Cuando Virginia Wolf escribió "Una habitación propia", no hacía más que ilustrar su tesis sobre la literatura y las mujeres. Hablaba de la independencia económica junto a un espacio privado como factores imprescindibles de la creación.

Wolf sabía de qué hablaba, y lo que puede llegar a suponer la ausencia de un lugar identificativo. Por maravilloso que sea el espacio donde vives, si no te devuelve el eco, remite inevitablemente al espíritu de los exiliados.

En tiempos me mudé a una casa más pequeña e incómoda de la que tuve anteriormente. Como además la mudanza vino impuesta, renegaba de la situación y de mi nuevo hogar. No me ilusionaba desembalar las cajas, y muchas permanecieron arrinconadas contra una pared. Algo cambió, sin embargo, cuando por fin me reencontré con mis cosas. El sólo hecho de haberlas rescatado de su cárcel, de haberles ido buscando su lugar en los cajones y estantes, el haberlas dispuesto sobre los nuevos muebles para tratar de realzar su discreta belleza, el haber poblado las estanterías con las evocaciones mágicas y profundas de mis libros favoritos, el hojear mis viejas anotaciones... todo eso comenzó a hablar, a devolverme ecos, a contarme historias que me conectaban con los aspectos más auténticos de mi ser.

Y al rodearme de todos esos murmullos anímicos, prendí la llama de un quemador de esencias y volví a escuchar la música de mis adentros. Abrí los oídos a la elocuencia de las cosas. Cosas cuya alquimia las transformaba en puentes hacia el universo privado que sólo ellas habitan y entienden. Historias desveladas más allá de la oscuridad de los embalajes.

Entiendo que Karen Blixen cargara con la porcelana desde la fría Dinamarca hasta los cafetales de África. Las cosas que tienen una historia en común contigo te ayudan a no perder contacto con lo que eres. Y yo he comprendido como nunca antes lo importante que es poder relacionarme con el espacio que habito.


Mariaje López.

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sábado, 1 de septiembre de 2012

El efecto de la sombra.

La primera vez que vi este documental, ni siquiera fui consciente de en qué momento había comenzado a llorar. Sencillamente me sorprendió un sabor a sal en los labios. 

Encontré el vídeo hace un par de años. Mientras los fotogramas avanzaban, yo sentía centenares de pequeñas esquirlas removerse. Pero no pensaba sólo en mí. El álbum familiar se desplegaba en la memoria, y veía desprenderse las imágenes, planeando como hojas secas en un aire ceniciento y triste.

En especial veía la foto más reciente de mi único hermano.

Me propuse hacerle llegar el DVD. La caja incluye otro disco interactivo para trabajar la sombra. Logré hacerlo, aunque a día de hoy, a más de un año, ignoro cuáles fueron los resultados, si es que se produjo alguno.

Del tema de la sombra habíamos hablado varias veces antes de dejar de vernos. El hecho de ser un argumento conocido, no redujo el impacto emocional que me causó ver esta película. Quedé desarmada.

Con todo, permanezco en una convicción profunda, fruto de muchas derrotas:

No podemos ayudar a nadie. 
Nunca.

Y podemos ser un apoyo para quien quiere ayudarse. Incluso podemos llegar a ser un formidable paracaídas.

Pero el que tiene que saltar del avión y tirar de la anilla es el paracaidista.
No conozco otra forma más notable de ir contra el sistema.




Mariaje López.

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