lunes, 22 de julio de 2013

Epílogo de Carlos Sacau al Centauro Agonizante.

Por la generosidad del destino obtengo un epílogo más importante que la obra. Gracias infinitas, poeta de los buenos.






Querida María Jesús:


Da miedo recibir una dedicatoria de este tan trágicamente hermoso poema.
Tragando saliva y piedras ocres de Chirico, te envío unos versos que acabo de escribir en el desierto.
Te mando un abrazo inmenso:
Carlos.






 


Las manos abiertas desnudas
de sangre


le gritaron detente!


Han sido seis siglos de huida
enclepsidrados
en un solo segundo de cristal


Escuchaba el murmullo feroz
de los grillos sobre sus hombros,


la parálisis de los círculos
perfectos que describían los buitres,


la geometría de la desolación


La única salida la vuelta atrás,
la promesa de una sed lenitiva


y hacia el desexilio partió
con la sola desgarradora idea
de embalsamar el cuerpo de su crimen


Sólo halló el rostro polvoriento
de la ausencia
del maravilloso
centauro



Carlos Pérez Sacau

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4 comentarios:

  1. Me sumo a tu introducción. Y elogio el epílogo.

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    1. Un abrazo Tucho, espero que te lea, o ya se lo,transmito. Si que merece elogio, menudo descubrimiento el mío, ya hace años. Su madre no me había contado que escribía poemas. Un día llamo, me lo coge él, y estaba en vena, flipé de cómo me decía las cosas, y así me enteré.

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  2. Hola, chula.

    Yo lo siento, pero es que a mí la poesía me inspira más bien poco, y este estilo en concreto, menos aún. No me dice nada y me deja absolutamente fría. No obstante, le reconozco la belleza de la palabra y el dominio de la expresión. Fuera de eso, nada más. Dale un recuerdo a Carmen de mi parte, anda, y un beso enorme, como siempre, para ti. Bueno, y saludos también para Tucho, el otro "fijo" de por aquí.

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    1. No lo sientas, Encarni. Si no gusta algo no gusta, y si la poesía no te inspira, pues no te inspira. No pasa nada, sobre todo porque ello no te impide apreciar la belleza del trazo y la maestría con que reparte Carlos las palabras.

      Me anoto el encargo del saludo a Carmen. Tucho ya verá el suyo, supongo.
      Un abrazo Piccolina.

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