sábado, 26 de octubre de 2013

Cuaderno de Perú (4): Cañón del Colca.






Arequipa: 04:00 de la madrugada. La furgoneta que nos llevará a 200 Km de aquí nos espera en la puerta del hotel. Una vez en nuestros asientos, nuestro guía nos ofrece una manta para el viaje. Cuando vimos que  él se la ajustaba a las piernas supimos que realmente nos haría falta. Atravesaríamos parajes a 5.000msnm y de noche.

Aquel madrugón no estaba en el programa inicial; la idea que llevábamos era recorrer el valle en dos días, pero tres cosas nos  habían complicado el trayecto Lima/Cuzco: roturas en dos ruedas (sí, soy consciente de que digo roturas y no pinchazos), un terremoto de 6'5 que en algunos tramos se llevó parte de la calzada, y lo definitivo; una huelga general con piquetes en varios pueblos. Resultado: perdimos un día completo. Así que tuvimos que dedicar al Colca la mitad del tiempo previsto.

Pero el Cañón del Colca era una de las maravillas irrenunciables en este viaje. Es el segundo más alto del mundo, precedido sólo por el del Yarlung Zangbo en China (5.590m). El del Colca tiene 100 Km. de largo y en su punto más alto 4.160m de profundidad. Su media es de 3.191m., que comparada con la media del Gran Cañón del Colorado (1.500 m.) da una idea aproximada de su espectacularidad.

La parte más profunda es peligrosa, sólo pueden acceder personas cualificadas ya que aún no está preparada para las visitas turísticas. En sus paredes hay cuevas con pinturas rupestres de más de 7.000 años de antigüedad. Allí anidan los cóndores andinos, que pueden verse por las mañanas antes de las 10:00 desde el mirador de La Cruz del Cóndor, planeando sin reservas alrededor de las cabezas e incluso por debajo de ellas. A todo esto hay que añadir la extasiada contemplación de un extenso e impresionante valle que ampara en su regazo culturas ancestrales y paisajes de leyenda. ¡Como para perdérselo!

Templo de Maca


Recién amanecido desayunamos en Chivay, uno de los pueblos más conocidos de la zona. Cuenta con piscinas termales provinientes del volcán Cotallumi, de donde sale el agua a 85º para descender a los 38º durante su recorrido hasta La Calera. Allí reciben el agua cinco piscinas naturales. No pudimos ver la coquetona iglesia colonial, era demasiado pronto y estaba cerrada. Reconfortados con el desayuno y el mate de coca, continuamos ruta.




Vamos hacia Yanque, otro pueblecito del valle con una iglesia  más grande y barroca que llaman la Catedral del Colca, tampoco entramos por lo mismo. No recuerdo exactamente a qué fuimos a Maca. Puede que a comer. Allí contemplamos algo que nos puso los pelos de punta... ¿qué era?

Observa la siguiente foto:

Las enormes grietas que ves en la montaña fueron abiertas por el último gran terremoto que sufrió la zona, no hace demasiado tiempo.

Maca, al pie de la montaña.



Me pregunté cuan de aterrador puede ser el sonido de una montaña que brama rajándose por varias partes, sobre todo si está justo detrás de tu casa.

No terminan ahí sus males; la población está asentada sobre una piscina subterránea y un suelo de limo, con lo que en la actualidad, y ayudada eficazmente por los frecuentes terremotos que la sacuden, Maca se está deslizando hacia el río, que amenaza con hundirla definitivamente en él.

Seguimos hacia el mirador; los protagonistas más esperados de la excursión ya deben estar sobrevolando desfiladero. Yo estoy impaciente: habría preferido ir primero allí y hacer las paradas a la vuelta.

El guía no pensaba igual, lo tenía todo bien calculado. Nos detuvimos en varios miradores y he de reconocer que el espectáculo merecía el parón. Las antiquísimas terrazas de cultivo, gran parte de ellas todavía en uso, junto otras que se derrumban lentamente nos ofrecen un paisaje articulado y admirable que nos habla de otros tiempos, y también del presente. En sus andenes se cultivan patatas, tubérculo originario de este país, (en Perú existen 3.000 variedades de patatas... sí, has leído bien), así como quinoa y 32 clases de maiz. También en menor cantidad otros cereales como el trigo, la cebada y la alfalfa.






En la mayoría de pueblos,se han sustituído los tejados de paja y adobe por chapa, y desde la carretera los pueblecitos brillan como iconos de plata bajo el sol. El río Colca discurre a lo largo de 129 Km entre el valle y el cañón, escoltado por montañas de origen volcánico que vigilan su curso, algunas desde 6.000m sobre el nivel del mar. El Ampato, el Hualta Hualta, el Sabancaya... éste último volcán en activo, y estrechamente vigilado por los sismógrafos.

Y el Mismi que según estudios antiguos y confirmados recientemente, es la fuente más remota de nacimiento del río Amazonas. Si te emociona como a mí  ver dónde empezó a brotar el río más caudaloso y largo del mundo, el que contiene en su cauce la quinta parte de agua dulce del planeta, observa el pico nevado puntiagudo: allí fluye el Apurímac que podríamos llamar el padre, y de uno de sus arroyos glaciares, el Carhuasanta nace el Amazonas. 



El Mismi al fondo, nevado. Origen del río Amazonas.


Se suceden al paso las quebradas, los acantilados verticales, las 8.000 hectáreas de terrazas que llevan ahí 1.500 años, los fosos profundos, las huellas de constantes deslizamientos del terreno, los embalses y lagunas, a lo lejos se divisan cataratas, abundan los manantiales y aunque no los llegué a ver, los geíseres. En 1.995 con el deshielo del Ampato, apareció la momia perfectamente conservada de una niña, probablemente una virgen sacrificada a los Apus (Montañas deificadas que tutelaban los ciclos de las cosechas). Los arqueólogos la bautizaron con el nombre de Momia Juanita.


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El rastreo lo hice desde un mirador, pero no es todo el valle ni mucho menos: éste se extiende a lo largo de 100 Km increíbles.






Por fin llegamos a La Cruz del Cóndor. Nerviosa ya, preocupada por la hora que es y pensando que no alcanzaremos a ver a estos curiosos pájaros, los más grandes y pesados del planeta, antes de que abandonen el desfiladero rumbo a la costa del Pacífico, donde por el día encuentran su alimento. Afortunadamente el guía lo tenía bien calculado. Llegamos con el tiempo justo para ver a los rezagados durante casi una hora. Como el único vídeo que logré hacer tiene muy mala calidad, inserto otro de un cámara más avezado. Yo ni fotos hice, embelesada como estaba en el baile de estas míticas criaturas.


 




Rozando las cabezas pasó un cóndor enorme. Un hombre dijo que medía tres metros por lo menos. Los cóndores se elevan con las corrientes térmicas hasta los 7.000 metros y luego planean durante kilómetros, sin apenas mover las alas. Contemplarlos es tan relajante como sentarse enfrente de un acuario. Paco no para quieto, sube al mirador alto, se escapa al de abajo, sale del perímetro del mirador, le pierdo de vista. Está en su salsa.

Estos pájaros son fieles a su pareja durante toda la vida. Dicen que guardan luto cuando uno de los dos muere, que incluso se dejan caer al vacío con las alas replegadas para estrellarse contra las rocas. Suena a licencia poética para expresar la estrecha unión que establece la pareja. Podrían contarse muchas leyendas alrededor del cóndor. Es el símbolo más querido del Perú.





 Frente a nosotros montañas que rondan los 3.000m. con cumbres nevadas. Hacia abajo y desde aquí, 1.200m. hasta la orilla del río, que discurre ajeno al alboroto de lo alto. Y yo pienso que podría estar aquí arriba durante horas, sólo con un poco de agua, sin comer y sin dormir, y a pesar de todo, descansando.




Cañón del Colca.


El último cóndor se pierde en la lejanía. Se acabó el deleite por ahora. Volverán a la tarde, quizá saciados, quizá con el hambre redoblada para el día siguiente. La noche será fría, como todas, y silenciosa si no crujen las montañas, si los volcanes duermen o hablan bajo, si no se escuchan gritos en el valle. 

 
 
A nadie en la furgoneta le apetece meterse en las piscinas, casi todos prefieren dar un paseo. Algunos se quedan al pie de un sendero por el que nos lleva el guía. Nos cruzamos con un par de burros que marchan solos y tímidos se apartan de nosotros. Me pregunto desde dónde vienen.  




Las plantas son curiosas. Hay chumberas, cactus extraños como estos que preparan su inforescencia como serpientes enhiestas. "Alcanzan los ocho metros" dice el guía. También hay por aquí una cactácea prodigiosa, que repite la historia del pájaro espino, cantando hasta morir en una apoteosis florida. Se llama Puya Titanca, mide de 3 a 4 m. pero cuando proyecta su inforescencia alcanza los 12m. Esto sólo ocurre una vez cada 100 años. Y luego muere después de haber producido 5.000 flores a la vez, y esparcido 6.000.000 de semillas. Sigues leyendo bien, aquí no son raros los extremos.







Al bajar nuevamente a la carretera por otra cuesta empinada, nos encontramos a una mujer cabana vendiendo frutas y ropa. No sé cuántos años tendrá, arrugadita como una pasa y más tiesa que una vela. Aguantando a pleno sol que a algún turista le apetezca una fruta exótica que ella pelará con maestría, sin tocar la pulpa con sus dedos. A mí se me antojaron higos chumbos, no sé cómo los llamaría ella. Habla el quechua, como todos los cabana. 

Me impacta su reciedumbre, su porte de realeza interna. Me parece milagroso que pueda tener un aspecto tan cuidado y limpio en medio de esas rocas peladas donde aguarda completamente sola esa venta esquiva. Es adorable, con su chaleco y su sombrero tan bordados que en ellos no cabe ya ni una filigrana. Tan aparentemente débil como una caña seca, pero tan fuerte como el tronco de un roble vetusto. Aquí está, posando a mi lado con la sabrosa fruta a precio de un sol. Y ella no podía saber cuánto la admiraba.








En el Valle del Colca viven dos pueblos, acaso tres. Pero de los terceros sé poco. Contaré lo que he averiguado de los dos primeros. Unos son los cabana, a los que pertenece mi linda vendedora, y los otros son los collagua. Visten parecido, pero se diferencian externamente por la forma de los sombreros. Esto es un remedo de la primitiva costumbre de deformarse el cráneo. Los collagua, que poblaban la zona oriental, le daban forma picuda, y los cabana de la parte occidental, aplanada. 

El virrey Francisco de Toledo acabó con esta costumbre dolorosa. Algunas cosas buenas hicieron los invasores; cambiar las tablas que oprimían los cráneos infantiles por unos sombreros tan bonitos, es mucha mejor forma de distinguirse, ¿no te parece? Ya he dicho que los cabana hablan el quechua, y añado que los collagua se expresan en aymara. Sus sombreros son de copa plana y con cintas, como los de estas preciosas niñas, mientras que los de sus vecinos son de copa redondeada, y bordados a más no poder. Preciosos ambos, te lo aseguro.



Niñas collagua
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El chófer nos espera. Ahora tenemos que subir hasta los 5.000 m sobre el nivel del mar, ya de vuelta a Arequipa, y en el altiplano podremos contemplar en redondo los picos de las más altas montañas, algunas que rebasan los 6.000m, por encima de la cota de nubes, por donde los aviones que vuelan bajo tienen que tener cuidado. En el santuario de las apachetas se respira un aire cargado de ozono y centenares de miles de piedras elevan sus secretos hacia el cielo sin perder la conexión con la tierra, Pachamama. Son pequeños túmulos rogativos. Oraciones de gratitud y súplicas de ventura. Esperanzas y sueños que pugnan por cumplirse. A veces sólo un gesto desinteresado, una pura experiencia sensorial en un territorio ignoto para el corazón, alejado de todos los infiernos.




Me inclino y hago sólo un gesto, minúsculo y repentino. Pedir perdón a la Tierra y suplicarle que me conceda caminar sobre ella largo tiempo todavía. Nutriéndome de sus pechos y cuidando sus heridas, que son las mías.

En nuestro próximo encuentro te hablaré de cómo la bella convive con la bestia. Arequipa, la Ciudad Blanca, la que convive con tres volcanes.




Mariaje López.

 
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14 comentarios:

  1. Una maravillosa descripción de un lugar espectacular!!....he disfrutado mucho leyéndote y viendo tus fotos.
    Gracias por ello.
    Carmen. auroraboreal

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    1. Gracias Carmen, tú que has estado allí lo sabes bien. Ninguna foto hace justicia a la experiencia directa, ¿verdad?

      Un abrazo, mi casa de las mil voces se honra con tu presencia.

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  2. Interesante las fotos y las formas en que lo describes. Aunque los paisajes y las culturas son parecidos a los del Norte Argentino. Después de todo en la antigüedad pertenecían todas al imperio Inca. Te mando un abrazo

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    1. En efecto Gustavo. No tengo la suerte de conocer Argentina, pero sé que es como dices. Gracias por tu visita. Yo te mando otro abrazo.

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  3. Espero· con impaciencia la continuación de tu viaje que tiene que haber sido una maravilla......
    Es mi asignatura pendiente Perú..,..tengo algo que me llama a ir, pero no creo que pueda llegar a ir por problemas de altura.
    En fin Mariaje que me encanta leerte aunque no haga comentarios.
    Saludos

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    1. Marietta, ¡qué agradable visita! Si vas a Perú avísame, te podré dar algunos consejos. ¿Has subido al Teide? Son 3.700 m. Si no, puedes hacer allí una prueba. No le pasa a todo el mundo lo del soroche, y hay medicamentos preventivos. No lo descartes.

      Un fuerte abrazo Marietta.

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  4. Muy bien traído el lugar donde has estado. Al leerte me siento como Pizarro, pero sin ansias de conquista. Solo añoro la conquista de las emociones que el lugar transmite

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    1. Querido Likas, si Pizarro hubiera sido como tú, habría conquistado menos tierras, pero más corazones. Me gusta mucho cuando vienes a esta casa, siempre dejas algo especial.

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  5. Hola interesante tu relato, me gusto leerlo, y por cierto imprecionantes las montañas y los paisajes naturales, por cierto hay mucho mas para conocer por ejemplo te falto descender el canón a un sitio llamado Sangalle. Y recorrer una larga caminata hasta unas cataratas observando lo imprecionante de la cordillera.

    http://www.todoarequipa.com/fotos/caylloma/sangalle-oasis-paraiso

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    1. Sergio, muchas gracias por tu comentario. En efecto, me han faltado muchas cosas por ver. La idea era dedicar al Colca al menos dos jornadas, pero hubo imprevistos que nos quitaron tiempo. Al menos pudimos hacernos una idea de la grandiosidad de todo aquello, y quién sabe, a lo mejor podemos volver algún día para completar algunos recorridos y estrenar otros. Gracias por el enlace, lo veré detenidamente. Un saludo.

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  6. Bueno, yo "sigo viajando", no sé si resulta más interesante salir por ahí o subvencionarte los viajes para que los cuentes. He viajado mucho y bien de "oido" y de "vista".

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    1. Ja ja ja! No pongo inconveniente a las subvenciones. Mientras esa utopía no se de, me alegra que al menos virtualmente, seamos compañeros de viaje.

      Un abrazo grande, amigo.

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  7. Gracias Mariaje, yo no pude ir y me has generado una gran inquietud, al mismo tiempo que transmites paz y tengo que reconocerlo...ENVIDIA.
    Un beso

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    1. Si eres la María que creo, ;-)) también se me pasaron ganas de ir a ver lo que después viste tú... je je. El programa que llevabáis Marcelo y tú no estaba nada mal. Pero no se puede tener todo. Ya compartiremos vivencias. Me alegra que mi forma de contar transmita la paz de esos paisajes...cuando están en paz y los volcanes dejan.

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