miércoles, 19 de febrero de 2014

Cuentos eróticos africanos.




Harem - Estampas africanas del siglo XIX
Me gustan los cuentos. Me gusta sobre todo que me los cuenten de viva voz y disfruto lo indecible con ello. Para mí una sesión de cuentacuentos, es la mejor terapia cuando mi ánimo fluctúa hacia la baja. Admiro a la gente que sabe contar historias, y si son divertidas, mejor que mejor.

Cuando vivía en Alcalá de Henares, todos los jueves iba con un grupo de amigas a los cuentacuentos que organizaba el colectivo escénico Légolas. Aportaban a mi vida buena dosis de encanto y magia, cosas de las que estaba muy necesitaba por aquellas fechas. Era secretaria en una antigua academia de la calle Mayor, y el último año tuve que soportar un acoso mezquino, ya en los estertores de la que antaño fuera una academia de prestigio, por parte del matrimonio que al irse mi primer jefe, la dirigía.

Un profesor de ciencias que daba clases a los universitarios me dijo un día: 
-Esos dos no hacen el amor. Hacen aquelarres.

viernes, 14 de febrero de 2014

El reverso tenebroso de Albert Einstein.




Vídeo de Patrick Boivin - Técnica del stop-motion.



Cuentan que en una reunión social se encontraron Marilyn Monroe y Albert Einstein. Dicen que la rubia de oro le propuso lo siguiente:

-Profesor, usted y yo deberíamos casarnos y tener un hijo. ¿Se imagina un bebé con mi belleza y su inteligencia?

A lo que Einstein respondió:

-Desafortunadamente temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y su inteligencia.



Parece que esta anécdota no es real, y que se produjo entre la bailarina Isadora Duncan y el escritor George Bernard Shaw; tal y como refirió él mismo en la entrevista que le hizo el fotógrafo Alfred Einsenstaedt.

No te diré eso de que Marilyn tenía un CI más alto que el de Einstein, porque no me consta que ella se hiciera la prueba, y dudo mucho que el científico aceptara pasar por eso. Que la rubia era inteligente lo sabemos. Que el genio era un misógino, también. Se cuenta que cuando se exilió en EE.UU. las mujeres estadounidenses le recibieron con abucheos.

Pero empecemos con algo bonito.

En 1.896, en el aula de física del Instituto Politécnico de Zürich hay cinco alumnos. Resulta insólito ver entre ellos a una mujer. Se trata de Mileva Maric; una joven serbia muy audaz, poseedora de una gran determinación y extremadamente inteligente. Es la única mujer del instituto que estudia matemáticas, y en esa disciplina es especialmente brillante. Un compañero de clase lo escribiría después:

jueves, 6 de febrero de 2014

Antídotos para la rutina.




      


Un domingo como otro cualquiera, uno de tantos de no ser por esa mirada extraña que capta la intimidad de las cosas. La mirada que ilumina desde dentro como en los iconos que pintan, a golpe de oración, los piadosos monjes ortodoxos. Así es como cualquier parte del todo aparece siempre como lo que es: única e irrepetible.

Dormir, cocinar, hacer el amor, alimentarse, limpiar, abrazar, poner una lavadora, besar, ducharse, reír, tender la ropa, jugar, amar, ver, mirar, escuchar, tocar. Y por ahí los gatos haciendo de las suyas, como saltimbancos expertos que son. Jamás una secuencia se repite de forma idéntica.