miércoles, 20 de agosto de 2014

El enigma Blancanieves: Alan Turing, un genio condenado por homosexual.




Cuando el 7 de junio de 1954, la asistenta doméstica entró en la casa de Alan Turing en Cheshire (Reino Unido), lo encontró muerto en su cama. En la mesilla de noche había una manzana mordida, al parecer, impregnada con cianuro. Al menos eso dijo la policía, cuya versión oficial fue muerte por suicidio.

Pero, ¿de quién te estoy hablando? No me extraña que no te suene mucho el nombre. Como Nicola Tesla ha sido silenciado por la historia, y sólo recientemente a ambos se les ha empezado a hacer justicia. Demasiado tarde para ellos, esperemos que no para la humanidad.

Alan Mathison Turing fue una de las mentes más brillantes del siglo XX. Se estima que su trabajo acortó la duración de la guerra en dos o tres años, salvando con ello entre 14 y 20 millones de vidas, ya que las estadísticas arrojan 7 millones de muertos por cada año de contienda. Este matemático además, contribuyó decisivamente a la victoria de los aliados. El estado británico se lo pagó con un proceso por homosexualidad, que todavía era delito en Inglaterra, y una condena de un año de cárcel. La única deferencia que tuvieron con él, por las peticiones de clemencia de algunos de sus amigos influyentes, fue darle a elegir entre la prisión o un nuevo tratamiento que estaban experimentando por entonces para anular la libido y así "curarle de su enfermedad". En otras palabras, cárcel o castración química. Para no verse obligado a dejar sus investigaciones, Turing se dejó inyectar estrógenos durante un año. ¿Una mala decisión? A ver qué te parece después de leer lo que sigue.