martes, 25 de abril de 2017

Las Huellas Recicladas de Francisco Recuero



Esta imagen y el resto de las que aparecen en la presente publicación, pertenecen a la exposición "Huellas Recicladas", del artista Francisco Recuero.


Fuimos a ver la exposición de collages de Francisco Recuero, en el Espacio Bop hasta este viernes 28 de abril, en que se clausurará con un concierto a cargo de Collage Ensemble, cuarteto de cuerda y viento del que forma parte el mismo Recuero, que además de dibujar, pintar y hacer collages, toca el piano y la flauta, y claro está, también compone.

Experimentamos un auténtico flechazo. Habíamos visto alguno de sus trabajos en foto... pero al natural, nada que ver. Son nítidos, exquisitos y elegantes. Tienen mucho que contar, sobre todo del alma del artista, pero también de cómo respira este planeta maltratado. 

Sonidos, colores, perfiles arquitectónicos, bodegones tránsfugas con ecos del Cabaret Voltaire. Aprovechen a verla antes de su despedida, que llegará después de un mes al abrigo del Espacio Bop, un despacho de arquitectos donde todavía se sueña con un arte verdadero y accesible. 

No podría yo, aunque quisiera, decir nada mejor de lo que ha dicho Beatriz Recuero, artista ella también, de su padre. Aquí lo transcribo, con admirada emoción. 

jueves, 20 de abril de 2017

Alegría pura, plenitud serena.



Foto: Mariaje López, sobre diseño de logo de Tu escritora personal, de Marta Virseda.
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Alegría pura, plenitud serena...
hacia ti nado a contracorriente.
Una vez que te alcanzo
en el centro de tu lago inmóvil
me sumerjo en la dicha verdadera.

Hasta que no te busco y deseo
no desatas tu mordaza, 
ni extiendes tus alas bellas, 
ni colocas tu anhelada tiara
sobre mi cabeza.

Alegría pura, plenitud serena...
amanecer sin tiempo,
crepúsculo sin frontera,
mirándonos cara a cara, allí
donde la vida sonríe, y se aquieta. 





Mariaje López

Licencia Creative Commons Tu  escritora personal por Mariaje  López se encuentra bajo una Licencia  Creative Commons Atribución-NoComercial-

sábado, 15 de abril de 2017

Lo que quede después... es cosa suya.




Puede que Eugenia Kléber se sorprenda si digo que su literatura no es pan comido. O puede que asienta. En cualquier caso y bajo mi punto de vista, entre las características que la definen notablemente, está la de no entregar la lectura masticada. Eso sí, dispone la mesa con abundancia y buen gusto, con la mejor vajilla y la cubertería de plata, y luego deja al comensal que se sirva solo.

Kléber vuelca en su obra la sensibilidad herida que lucha por encontrar una esperanza. Un empeño en el que a menudo cunde el desánimo, y esto no extrañará a quien se pare de vez en cuando a observar el mundo. Recorren sus historias seres sin patria, despojados, víctimas del tedio y del desamor. Víctimas y verdugos que a veces se confunden entre sí. Abundantes personajes en un mosaico de tipología coral. 

martes, 11 de abril de 2017

El rincón de Majelola




Hoy, de cara al buen tiempo, he estado poniendo a punto “El rincón de Majelola”. Se trata de un espacio rescatado de la maleza en un extremo del jardín. Paco lo acondicionó para mí, y yo lo bauticé así, con mi alias de internauta. 

viernes, 7 de abril de 2017

Beatricia en Colmenar Viejo: un parnaso familiar.




Llegamos de Barcelona y apenas le dimos tiempo a Merilio para cambiar de camisa. El día 4 le tocaba visita a la Biblioteca Pablo Picasso, de Colmenar Viejo. De algo le tenía que sonar el nombre del pueblo donde fue gestado, por más que viera la luz en Alcalá de Henares. Pero la luz en la que se fue formando era la de Colmenar, el vientre donde creció día a día como un hijo deseado, fue la serenidad de un jardín embadurnado en luz y gorjeos de pájaros. Fue en su quinta epifanía cuando Merilio regresó al Parnaso de las Musas, que en resumidas cuentas no era la Bola del Mundo, ni siguiera el Pico de San Pedro ni ningún otro más chato, sino un porche de la calle Juncos o bajando más, un rincón entre flores y jazmines, llamado así, el Rincón de Majelola.

miércoles, 5 de abril de 2017

Desembarco en Barcelona




A Barcelona iba, con mi maleta; y en mi maleta la capa de Merilio y su sombrero naranja, a la cita con su cuarta aparición y su encarnación tercera. Llegué a casa de mi amigo Javi, en El Carmel, la tarde antes de la presentación, y me lo encontré ensayando. Javi es aficionado a la música, a menudo lo he visto con la guitarra a cuestas, y cantando en celebraciones públicas y privadas. Por eso le pedí que acompañara a Carmen Segura, la actriz que venía de Sitges, con Eugenia Kléber, para hacer de autora y cantar el Life on Mars.