Entre montes, grandes peñascos y olivares, nos acogió Almedinilla recién llegados desde Madrid, con una pequeña escala en Priego de Córdoba donde teníamos el hotel. José Manuel Muñoz Serrano me animó a participar en el VI Festival de Arte Emergente Wasqha, y la organización estuvo de acuerdo. Además de vestir a Beatricia otra vez de gala para ser presentada ante el público nuevamente, el aliciente de poder conocer al fin en persona a mi amigo escritor, convertía este viaje en algo doblemente atractivo.
Paco y yo no solo quedamos impresionados por la belleza del lugar, sino también por sus gentes y por la increíble vida cultural que mantiene esta población, envidia —esperemos que sana—, de otras con más perímetro y habitantes. Hemos contemplado muestras de arte clásico y cultura de vanguardia que no desmerecen en nada de las que pueden verse en las grandes capitales.
El mismo viernes, nada más llegar, asistimos a la presentación conjunta de una serie de artistas plásticos, entre la muestra se encontraban los dibujos de José Manuel Muñoz, que el día anterior había presentado en la Biblioteca Municipal su última obra: En días de cielo gris. Me la traje dedicada, por supuesto, y con él se quedó, también dedicada, Por Caridad. Tanto José Manuel como los demás artistas que exponían, fueron presentando sus trabajos, muchos de ellos bellísimos, y otros, que no buscaban primordialmente la belleza, interesantes. Y después nos fuimos a tomar una cerveza hasta la hora del espectáculo inaugural, que nos volvió a sorprender con la performance de Tarha Erena, poeta, escritora y actriz, y el buen hacer interpretativo de Laquerencia Producciones y su obra ¿De qué viven los artistas?