A quien no le haya sido concedido el privilegio de tener y mantener a un gato en su regazo, a ese, no se le podrá convencer de lo que se ha perdido. Tampoco de lo que podría ganar. Hay bastante escrito sobre los beneficios de acariciar a un gato, tanto o más como hay sobre tener un perro. Unos y otros se corresponden con la verdad. Doy fe.