domingo, 19 de marzo de 2023

Treinta y cuatro años

Juan Antonio López del Amor, mi padre. 

 

    Treinta y cuatro años tenías, papá, treinta y cuatro. Me dijiste: «Hija, dame un beso». Y luego de forma casi inaudible añadiste: «Ya no te volveré a ver».  Yo tenía ocho años y acababa de hacer la Primera Comunión. Mi hermano no había cumplido su primer año de vida. 

    Te sacaron arrastrando los pies, colgado de los hombros de tus dos hermanos, y te subieron en un coche con destino al hospital. Yo contemplé la escena bajo la vid del patio, y esa es la última imagen que tengo de ti. Luego en el hospital cuatro operaciones de cabeza en once días. Eran otros tiempos. No podías sobrevivir a aquello, era imposible. 

martes, 14 de marzo de 2023

Miradas sin título y el arte de escribir


UN ENCUENTRO INTERMINABLE
de Mariaje López y Salvador Robles Miras
M.A.R. Editor - 2021

Prólogo de Eugenia Kléber. 

jueves, 9 de marzo de 2023

Mi mirada sobre PAGA O MUERE, de Salvador Robles Miras



Portada de Paga o Muere, Ed. Pluma de Sueños, 2023

 


    Suelo ser, en líneas generales, bastante tolerante. Hay cuestiones sin embargo en las que mi nivel de tolerancia desciende a cero. Me pasó con Euskadi Ta Askatasuna, conocida por todos por su acrónimo: ETA.

Aunque me crié en Madrid, y he vivido en ella prácticamente toda mi vida, nací en Bilbao. En Getxo para más señas, escenario principal, por cierto, de la obra que nos ocupa. Y quieras que no, esto de ser vasca de nacimiento, me inclina a una mayor implicación en el tema.

Esta novela es la segunda de una trilogía versada en ETA, en la que no solo se habla de terrorismo. Porque cuando de ello se habla, hay contemplar todas las instancias adyacentes: la banda por supuesto es el meollo. Pero de fondo están los gobiernos, el pueblo, la prensa, la judicatura, el papel determinante de una buena parte de la iglesia vasca… y también el otro terrorismo, el de estado, los GAL. En primer plano las personas, las familias, muchas de ellas divididas. Y tantas rotas por el dolor, un dolor acompañado por la marginación social, por el rechazo de los que en un tiempo fueron sus amigos. La dignidad y la soledad de los valientes. La infinita miseria de unos verdugos embrutecidos, como lo son todos los verdugos. La inenarrable grandeza de los héroes, aunque tuvieran que serlo a la fuerza, como suelen serlo los héroes.

La palabra más aterradora

 

Imagen: Dreamstime


Hace unos días estuve en la presentación de un nuevo proyecto para ayudar a personas con adicciones. Después de una intervención muy emotiva por parte del futbolista Julio Alberto Moreno Casas, imagen señera de la fundación, durante la cual desgranó, a grandes rasgos, su accidentada biografía de forma valiente y comprometida; tomó la palabra el director de proyectos (cuyo nombre lamento no recordar) quien nos habló de su propio hijo. Contó que éste, a consecuencia de sus adicciones, había estado muy grave y que, aunque físicamente se había recuperado, su situación ahora era irreversible.

Irreversible