En el amor dinámico no hay seguridad, ni puede haberla. Como decía Krishnamurti, dinamismo y seguridad son conceptos enfrentados.
Pero, si no hay seguridad, tampoco existe el desgaste de la costumbre. Hay depuración, y esto es algo muy distinto.
La mirada fresca hace imposible el aburrimiento: el otro siempre conserva una parte de apetecible misterio cuando se comprende que nada es estático ni constante. En el momento en que uno cree haber llegado al fondo de otros ojos, descubrir que el viaje continúa es el mejor regalo.
La destilación lenta augura una buena esencia, y en la savia de la poda rezuma la fuerza del amor.
Mariaje López
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