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En otra ocasión, algún tiempo después de aquello, la mujer viajó a la isla a bordo de un barco. En esa ocasión la acompañaban dos amigas deseosas de conocer el fantástico lugar del que ella tanto les había hablado.
Ese mismo día, acordaron practicar una meditación en común. Y justamente durante esa actividad, ocurrió todo. Fue algo totalmente inesperado.
El Faro de Cristal explotó.
Saltó por los aires en pedazos diminutos, sin hacer ruido, en medio de un rotundo silencio. Los cristales llovían con lentitud. La mujer abrió los ojos y advirtió que sus amigas ya no estaban allí. Los fragmentos de colores rozaban su piel sin herirla, y acabaron por alfombrar la isla entera con tan singular confeti. Todo resplandecía a su alrededor. Cuando la tormenta cesó, Isla Blanca parecía un cuadro puntillista al que sólo faltaba la firma de Seurat. Ya nunca volvería a ser Isla Blanca. El Templo del Momento Presente la había convertido en la Isla del Arco Iris.
El Faro de Cristal explotó.
Saltó por los aires en pedazos diminutos, sin hacer ruido, en medio de un rotundo silencio. Los cristales llovían con lentitud. La mujer abrió los ojos y advirtió que sus amigas ya no estaban allí. Los fragmentos de colores rozaban su piel sin herirla, y acabaron por alfombrar la isla entera con tan singular confeti. Todo resplandecía a su alrededor. Cuando la tormenta cesó, Isla Blanca parecía un cuadro puntillista al que sólo faltaba la firma de Seurat. Ya nunca volvería a ser Isla Blanca. El Templo del Momento Presente la había convertido en la Isla del Arco Iris.
Al principio, pensó que aquello era una catástrofe. Aquél que fuera su querido refugio, el mejor que había tenido jamás, se había volatilizado. La brisa fresca tranquilizó su ánimo. Se dio cuenta de que no se sentía tan mal como cabría esperar. Más aún, lejos de padecer angustia o pérdida, experimentaba una maravillosa sensación de libertad. Se sentía segura, alegre y confiada.
Se trataba pues, de una nueva enseñanza.
Poco a poco adquirió conciencia de que el faro ya no era necesario. Se había hecho lo bastante fuerte como para no temer a la intemperie. No necesitaba ya una isla desierta para huir del mundo, ni un faro único y remoto para sentirse a salvo. El refugio había cumplido su función, pero ahora se bastaba a sí misma para avanzar, para abrirse caminos, para vivir sin temor a sus fantasmas, libre para ser la persona que quería ser en adelante, valiente para atreverse ser quien ya era, con todas las consecuencias.
He de aclararte que este relato está basado en una experiencia propia de Visualización Creativa. Es un tipo de meditación que hace años solía practicar, y que actualmente intento retomar, con otro enfoque, quizá más pragmático. Como ves me lo pasaba bomba; se producían sorpresas y además, aprendía.
El Faro de Cristal lo crearon a medias mi voluntad y mi imaginación, de forma espontánea. Cualquier profesional, (me acuerdo aquí de Paco Díaz Rod), se sonreirá -y la razón le asiste- a causa de semejante despropósito arquitectónico. Pero como ya debe saber mi apreciado y talentudo amigo, en Visualización Creativa todo es posible.
Así en efecto, durante una meditación compartida en casa de unas amigas chilenas, me sobrevino esa imagen inesperada del faro –que era a la sazón mi refugio espiritual recurrente- saltando por los aires, y todo lo demás.
Cuando se lo conté a mis amigas, mostraron preocupación, pues ignoraban si aquello me había parecido algo bueno o lo contrario. Les expliqué el proceso, y estuvieron de acuerdo en que había sido el estupendo -y ciertamente aparatoso- broche final de una etapa, y también en que mi creatura había demostrado, a pesar de la aparente estridencia, un gran mimo, al despedirse en silencio y de forma tan asombrosamente bella.
(*1) Frase reiterada en La Historia Interminable. Un guiño personal a Michael Ende.
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Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Que buena forma de comenzar la Nochebuena, escribiendo este relato. Que sabio refugio que desaparece cuando ya no se le necesita.
ResponderEliminarCasi tan sabio como el comentario, mi estimado coach.
ResponderEliminarMuy buen blog, me ha gustado tu forma de escribir y las imágenes que por lo que veo también son tuyas.
ResponderEliminarUn saludo, te deseo mucho éxito!!
Oliver
Gracias Oliver: por tus deseos y por tu visita. Espero volver a verte por aquí.
EliminarMuy cierto, en visualización creativa todo vale, me siento alagado por ser tu referente pero siento mucha más admiración por tu destreza poética para evocar aquello que nace de la imaginación, las iluminaciones me encantan. Como siempre una delicia perderse en tu prosa.
ResponderEliminarMuchas gracias, admirado referente. Un placer que me leas.
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