viernes, 7 de noviembre de 2014

Viñetas cotidianas de barbarie y desamor.

Pintura: Manos de anciana - Óscar Jiménez


Contábase la anciana las quejas de sus huesos, restaurando tiempos no vividos, levantando paraísos huecos. Fugaces dichas que juegan a esconderse, ajenas al insensible lastre de los días yermos.





Un día vio a su madre en el patio de la casa, tijera en mano, recortándole las alas a un jilguero. Un hilo atado a la pata y lo encadenó a la ventana. Lo mismo le había pasado a ella, pero jamás lo supo. Ni quiso saberlo cuando pudo. El animal murió a los dos días; supuestamente de pena. Ella continuó viviendo, supuestamente.


 


Contábase la anciana cuentos a su oído amables, despreciando la sonrisa esquiva y sorteando el duelo de los besos muertos, tallando con el cincel del miedo falsas dichas, cayendo sin advertirlo en el azul, oscuro y lento, de los días marchitos... y ciegos.


Mariaje López.

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1 comentario:

  1. Triste... Como una vejez yerma... Buena pintura. Felicidades!!

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