A pocos días vista para finalizar el año, inauguro nueva agenda analógica. Una nunca sabe todo lo que tendrá que anotar ahí, por más que puedan predecirse algunas citas, pues lo impredecible impera. Repasando las agendas de los últimos cuatro años, que he conservado por la cuantía e importancia de los sucesos acaecidos en mi vida, siento cierto respeto al estrenar la nueva de 2025, pensando en cuáles serán las cosas qué acabaré anotando en ella.
Cabe suponer que habrá de todo, como esperar y desear que predominen las cosas buenas. Así, lo que para mi agenda deseo y quiero esperar, lo deseo y quiero esperar para todas las vuestras, analógicas como la mía, o digitales, como supongo que ya serán la mayoría.
Avanzamos en la vida, y es un regalo que hasta el presente nos es dado. Deseamos avanzar también en todas esas cosas que hacen que la vida merezca la pena. Siempre me ha llamado la atención esa frase: merecer la pena. La pena como condición de algo, y las contrapartidas que hacen que ese algo sea merecedor de ella. Me resulta muy curioso el planteamiento.
De cualquier modo, y a estas alturas, una ya tiene más o menos claro cuáles son esas cosas por las que "merece la pena" vivir. Que 2025 nos las reparta en abundancia.
Un abrazo, especial para quienes este año ha sido de pérdidas, entre los que me incluyo. Que el futuro sea bondadoso. Cuanto menos, generoso en paz.
FELIZ AÑO NUEVO