martes, 25 de marzo de 2025

Una clave de éxito

 


    Comenzó con un pequeño negocio de piensos para animales de granja. Trabajó duro, y aplicó a su gestión decisiones inteligentes, conquistadas en el infalible método del ensayo y error, corregir hasta acertar. Con el tiempo logró convertir su empresa en un referente para el sector, con varias decenas de empleados. 

Tras su muerte, fue muy llorado por todos, no solo sus más allegados lo sintieron como una gran pérdida, conocidos y trabajadores también. Al tomar las riendas del negocio, los herederos encontraron en el despacho del fallecido un viejo archivo de madera. Contenía todas las fichas de todos los empleados que habían pasado por la empresa, desde sus inicios. En ellas constaban, mecanografiados, los datos personales de cada trabajador, y añadidas a mano, unas anotaciones escritas en varios tonos de tinta, debido a que habían sido redactadas en distintas fechas y con diferentes bolígrafos. Dichas anotaciones reflejaban los avatares personales de cada sujeto en cuestión: 

Francisco López Millas, 3/06/57: ha tenido su primer hijo, varón. 11/01/66: ha sufrido un accidente de tráfico, y su esposa está muy grave. 30/01/66: fallece su esposa.  

Javier Sanz González, 21/12/65: contrae matrimonio. 12/09/71: refiere que su hija padece una poliomielitis, y le ha sido diagnosticada una depresión. 

María Capitán Sánchez, 15/10/80: tiene a cargo a su madre viuda y a un hermano menor. 17/09/92: la operan de unos quistes en el útero, no parece revestir gravedad. 

lunes, 10 de marzo de 2025

De los afectos perdidos

Foto: archivo personal. Ruinas de Petra (Jordania)

 

    Quizá es que hoy las nubes han decidido quedarse, quizá es que la lluvia aterriza fría en mi corazón, lleno de melancolía por las  hojas que se golpean contra el barro. 

Quizá es que me he vuelto demasiado blanda, o simplemente dejo que mi herida se cierre en su duelo, sin vendajes. Quizá es que los pájaros parecen más tristes en los días grises, y las ramas quietas de una tarde sin viento me inviten a mirar atrás. 

Tal vez todo sigue el curso natural y desconocido hacia un puente sin retorno. Tal vez las sinceras risas no logren sobrevivir. Pero no digas que no fue hermoso, ni que nuestra amistad no existió. Porque fue una criatura verdadera, un regalo que nos hicimos sin reparar en el coste añadido que a toda maravilla digna de su precio afecta. 

Quizá es que hoy ya puedo recordar aquellos días sin que las lágrimas empañen mis memorias. Quizá es que por fin he entendido que la libertad también puede acabar cortando las flores más delicadas y bellas, sin que el filo de la maldad las roce. 

Tal vez he comprendido al fin que podremos seguir amando a nuestro polo opuesto, aunque nos repela, y que la belleza que una vez fue creada y alimentada, jamás podrá convertirse en las simples cenizas del indiferente olvido. 

Porque donde una vez hubo verdad, persistirá siempre algo de inmortalidad y grandeza que nuestras torpezas no pueden ni podrán borrar, por más que las nubes y la lluvia y los pájaros tristes crucen por mi ventana cuando pienso en nosotras. 


Mariaje López

Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.  

domingo, 9 de marzo de 2025

Lo irrecuperable

Imagen FREEP!K

 


    Se dice que un líquido vertido no puede devolverse al vaso. Se utiliza esta imagen como metáfora de una cualidad perdida: la dignidad, la confianza, el amor... 

    Se me antoja una comparativa más miserable y penosa: la de un vaso que al volcarse no derrama contenido alguno, porque está vacío. 

    Con todo, en el segundo caso cabe la esperanza de que el vaso todavía pueda llenarse. Esa esperanza es ilusoria en la primera imagen, pues un líquido así derramado, es irrecuperable. Lo que rezuma de una bayeta no sirve ya, contaminado, ni para mojar los labios. 


Mariaje López

Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.  

viernes, 7 de marzo de 2025

Nostalgia



    Colgó sin pensar en la barra la toalla húmeda. Reflexiva, haciendo memoria. Recordó otras circunstancias que le suscitaban idéntica fascinación. Siempre le pasaba cuando su atención era capturada por líneas interminables. «¡Eso es, líneas infinitas!», discurrió emocionada. Por ejemplo: con los raíles del tren, o con la línea del horizonte sobre el mar, o incluso al anochecer, cuando aquella línea, de un solo trazo, unía el perfil de los tejados a contraluz. Estaba claro que ese tipo de imágenes le suscitaban nostalgia. Pero nostalgia... ¿De qué?

El mundo de la línea infinita, (M.A.R. Editor).

https://www.mareditor.com/.../El_mundo_de_la_linea...

ILUSTRACIÓN: Marta Virseda García