Foto: Mariaje López |
Hubo una vez un mar... que en parte se
evaporó, y en parte se tragó la tierra. Ahora es un desierto llamado Wadi
Rum. Un bello desierto de arena rosa, donde incluso llueve algunas veces.
En el desierto rosa las dunas no se
mueven, reposan eternamente, como niñas en el regazo de montañas que parecen
cera derretida. En Wadi Rum hay llanuras sin límite y colores que los peces
envidian, una luna que te besará la piel sin remilgos, y estrellas más
luminosas de lo que nunca has visto. En el desierto rosa amanece, y
el sol despierta en ti la misma vida que seguirá en tu pecho cuando duermas. A
lo lejos, los camellos ensartados en hilera avanzan con sus fardos
cadenciosamente, obedientes al amo que les guía y ajenos a los ruidos de
otros mundos.
Aquí la libertad no se esconde; se respira a
pulmón libre, y tú no buscas silencio, porque él te encuentra. La paz acude a
ti como una novia entregada, y en la quietud de sus besos te olvidas de por qué
viniste y de por qué te irás.
Delante de Los Siete Pilares de la
Sabiduría, podrías reformatear tu vida si quisieras, y si quisieras hasta
podrías nacer otra vez. Wadi Rum tiene una luz cegadora que ofrece a todos,
aunque sólo la aman los que son valientes para abrir los ojos. Pero sus
estrellas alumbran las noches de los afligidos, y el viento que modeló las
rocas silba viejas canciones en su oído.
En el desierto rosa hay petroglifos,
testigos grabados de primitivos ancestros y lugares santos, antes aun de que
los nabateos llegaran desde Saba y montaran aquí sus tiendas; jaimas
con olor a hierbas secas y especias. Miro a los niños beduinos y me
pregunto si les sería ya posible vivir en una ciudad sin ahogarse.
Para Lawrence de Arabia y muchos
más, este es el desierto más bello de la tierra. Y en sus secretas bodegas
guarda un tesoro que lo hace más precioso todavía: todo el subsuelo es una
inmensa bolsa de agua fresca y pura, capaz de abastecer a gran parte de
la península arábiga durante muchos años.
En Wadi Rum, el tiempo —esa águila
que vuela con la vida en sus garras—, se aquieta y espera silenciosamente. Cada
día en el desierto es un viaje al interior de tu abismo, no para hundirte en
él, sino para convertirlo en sima donde contemplar el mundo sin prisas y a tu
ritmo. En Wadi Rum todo es cierto, y todo tiene sentido.
Mariaje López.
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Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Foto: Mariaje López |
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Imagen fuente: http://101lugaresincreibles.com |
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Mariaje López.
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Mariaje.....pero como escribes tan bonito! !.....dan ganas de cerrar los ojos y al abrirlos estar en ese lugar.
ResponderEliminarMe gusta que vayas aportando experiencias nuevas. Oir tu voz con esa música tan bonita es relajante.
Un abrazo fuerteee! !
Gracias Carmen, me alegra que te transmita esa sensación. También juega tu sensibilidad, que es grande. Un abrazo.
EliminarQué fotografías! !..........una pasada! !
ResponderEliminarGracias otra vez. La verdad es que con paisajes así, salen casi solas.
EliminarVisto y oído, jordana por unos días. Hay personas que mantienen sus cinco sentidos intactos hasta la muerte, pero tu te empeñas en apurarlos al límite y lo demuestras cada vez que le das un bocado a la historia y te meces en su misma cuna. Gracias a ti viajo desde mi butaca, cómodamente, consciente de que sería incapaz de captar todo lo que tu captas por muy presente que estuviera en los mismos lugares que tu describes tan pacíficamente. Ya no sé si te envidio por los viajes que haces o por los sentidos que tienes.
ResponderEliminarTucho, de sobra has demostrado en tus escritos que tus sentidos funcionan de maravilla. Ves muchas cosas que yo no veo y es una suerte que podamos compartirlas y enriquecernos. Te considero uno de mis mejores hallazgos.
EliminarHe visto tu despedida vacacional en Post55 y ya te comento allí, pero desde esta casa también quiero desearte que pases unos días, semanas, meses, maravillosos disfrutando de todos los tuyos. :)
Mariaje, qué sensibilidad. A veces viajo muy lejos en busca de palabras hermosas. A veces están al lado de casa y no lo sabía
ResponderEliminarEl Wadi Rum es muy especial. Me encanta su luz y su noche
Miguel, palabras hermosas las que me dejas. Sobre todo por venir de quien conoce el lugar del que hablo, de quien lo ha fotografiado, y de quien tan bien escribe. Ha sido un placer descubrir tu blog, que con tu permiso enlazo al mío.
EliminarSaludos.