Hace algunos días me notificaron que Beatricia ya forma parte de los archivos sonoros de la O.N.C.E. (Organización Nacional de Ciegos de España). Me ilusiona mucho, muchísimo, que las personas con problemas severos de visión puedan transitar desde ahora La Tierra de las Dos Lunas.
Quiero compartir algo que me explicaron a propósito de esta circunstancia, y que no sabía. Es acerca de las preferencias de los lectores invidentes en cuanto a locución se refiere, a la hora de leer un libro auditivamente. Los videntes podríamos pensar que cuanto mejor interprete el locutor o locutora el texto que está leyendo, mejor. Nos gusta incluso que se añada música, efectos sonoros... etc. La tendencia actual en este tipo de audiolibros para invidentes o personas con visión muy reducida, es la contraria: se prefiere una locución más neutra, más lineal, no actuada. Ello se debe a que de este modo el lector que escucha puede libremente poner su imaginación a trabajar, y situar los acentos, matices o inflexiones donde y como le parezca adecuado. Exactamente lo que hacemos los videntes al leer la palabra escrita.
Es algo parecido a cuando tememos ver una película basada en un libro que adoramos, por miedo a perder toda la iconografía que nos habíamos creado en favor de la que nos impone el director.
Un libro enfoca, sugiere; pero no determina: la relación entre el libro y el lector es forzosamente de pareja, porque aquel nunca se completa sin éste. Por eso cada lectura es única como lo es su lector.
Cuando me lees con los ojos, tú pones las caras, las voces, los paisajes.
Cuando me lees con los oídos, tú pones las caras, las voces, los paisajes.
Gracias por querer leerme.
Mariaje López
Cuando me lees con los oídos, tú pones las caras, las voces, los paisajes.
Gracias por querer leerme.
Mariaje López
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