Érase que se era una Maga a la que apellidamos Menganita.
Un día vino a visitarnos, decidió quedarse con nosotros y fue la reina de un jardín encantado que nombró su paraíso.
Nos regaló los tres últimos años de su vida, inundando la casa de belleza y ternura.
Hoy nos hemos dicho hasta siempre, con el alma sembrada de su recuerdo y el corazón henchido de gratitud.
Compartir el hogar contigo ha sido una aventura, una bendición y un privilegio.
Siempre te llevaremos en el corazón.
Mariaje López
Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.
Los que tenemos animales sabemos que tienen un alma especial, que nos dan cariño, compañía e incluso nos hacen participe de sus sentimientos. Su pérdida nos deja un agujero en el corazón imposible de cerrar. Un beso para ti y piensa que estará correteando en el paraíso de las mascotas esperándonos para volver algún día a jugar juntos.
ResponderEliminarGracias José Antonio. En efecto, si nunca se ha convivido con un animal es complicado hacerse una idea exacta de lo que supone despedirse de ellos. Gracias por tus palabras.
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