domingo, 28 de septiembre de 2025

Para llegar al día

 



    ¿Conoces a alguien que no haya cometido errores, errores graves, de esos que repercuten en otras personas? Si crees conocer a alguien así, entonces no lo conoces tanto como crees, pues tal persona no existe. 

Por tanto, volviendo la mirada hacia nosotros, aquí nos tenemos, en este instante. Nos conviene, una vez admitida la culpa, asumir el pasado y ocuparnos de lo que somos hoy, y de lo que queremos ser mañana. Pues instalarnos en lo primero no le sirve a nadie, y menos a nosotros. 

Hoy es un regalo, y mañana una promesa. Si tenemos esta dicha, ¿por qué no aprovecharla?

¿Por qué no hacer las paces con nuestra verdad, en especial aquella que más nos duele?

Si alguna vez fuimos sombra, y con total seguridad alguna vez lo fuimos, ya sabemos caminar por sus veredas. 

Y atravesar la noche es el camino más recto para llegar al día.  


domingo, 21 de septiembre de 2025

Cuando mis ojos me miran (Extracto)



    La playa es una franja húmeda de gris infinito, repartiendo caricias blancas y espumas. 

    Una mujer se acerca. Su gesto es sosegado, docto, sin edad. Su mirada se asienta en mi memoria y me sumerge en el túnel de los siglos. Exhala el aroma de una flor curtida en el silencio de muchos días.             

    Mirándome en sus ojos hallo más belleza de la que pensaba. Fluyo en un silencio que me canta al oído sin quebrarse. 

    Y mientras escucho y miro lo inefable, siento que podría llorar toda la noche de pura dicha, pues me he acercado a la eternidad lo bastante para saber qué ocurre, cuando mis ojos me miran.

martes, 16 de septiembre de 2025

Libertad


 


    En ti, como en mí, existe un arraigado anhelo de libertad. Seguramente has percibido que hay lugares donde parece que ese abstracto cobra forma. Alguna vez, sin duda, has sentido la conexión.
Mi libertad se hace paisaje en un desierto de Jordania llamado Wadi Rum. Cuando llegamos al campamento faltan veinte minutos para la puesta de sol
A lo lejos, una larguísima fila de camellos avanzando con parsimonia. El aire ostenta una pureza desmedida, la luz alcanza cualidades místicas. Siento a mis costados las alas desplegándose: robustas, poderosas. Mi alma desamarra sus falsos espigones; nada por lo que llorar, nada de lo que avergonzarse, nada que reprochar. Ni antes ni después; sólo un ahora infinito redentor de todo.