Al principio del verano, colgamos una gran hamaca de color calabaza entre dos postes del jardín. Al anochecer, me gusta descansar en ella meciéndome suavemente. Desde mi barca de algodón, veo a los gatos jugar entre las petunias. Aplico el oído a los sonidos nocturnos. A veces pienso que la música de la naturaleza es lo único que puede superar la majestad del silencio. Respiro la calma del instante.
De uno de los postes que escoltan la hamaca, pende un letrero de madera desgastada que reza: "Puente Viejo". Lo rescatamos del abandono un día de paseo campestre. En efecto poco antes habíamos dejado atrás un puentecillo muy deteriorado que no ostentaba nombre alguno.
Se alborota el aire y bisbisean las hojas los anhelos de una realidad secreta que esquiva al oído inexperto o en letargo.
¿Por qué esta noche tan bella me asalta el recuerdo de otras noches sin alma? Oscuridades que conminan a la quiebra vital sin restricciones.
Todo se supera si ayuda la voluntad. De la comprensión profunda nacen todas las posibilidades. Aprendí una regla que se cumple siempre: La COMPRENSIÓN definitiva de una sombra reemplaza al esfuerzo por derrotarla.
Sé que rompe esquemas, que derriba doctrinas asentadas, pero comprobé su verdad. DESVELADA TU LUCHA, YA NO LA NECESITAS.
El sueño va pesando en los párpados, y vence a todo un cielo pródigo sobre mí, más poderoso aquí y ahora incluso que el deseo repentino de apurar la magia de esta noche.
Mariaje López.
Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
No hay comentarios:
Publicar un comentario