lunes, 9 de marzo de 2015

Rencores y Catarsis.






Hoy ha sido un día extraño: hoy se me ha caído el rencor. 

Para mí ha sido un misterio, porque llevaba años persiguiéndolo. Ahora sé que no lo intentaba de veras porque creía, sin asumirlo, que el rencor era un escudo. Me acuerdo de un sabio que decía algo así como que de poco sirve el esfuerzo para desterrar creencias, ya que éstas se disuelven solas en la comprensión. 

Comprender es más que saber; es ir más allá de la consonancia intelectual. La consonancia intelectual sabe que fumar es perjudicial para la salud, por ejemplo. Sabe, pero no comprende el total alcance y sigue fiel a su conducta viciada. Pero si además de saber comprende, deja el cigarrillo sin ningún esfuerzo, es como si se le cayera de la mano inadvertidamente; conozco un par de casos que sirven de ejemplo a lo que digo. El sabio al que me refería era Krishnamurti; y tenía razón. 


Cuando mi rencor se ha ido, he recuperado el mando. Antes tuve que pasarlo horriblemente mal. Mi sufrimiento fue intenso, prolongado, sin tregua; una locura.

Pero terminó.

No es que hoy vea bondad donde antes olí perfidia, mas explotó mi burbuja y amplié el campo de visión. El rompecabezas cobra sentido, y cada pieza revela su misterio. Entonces surge la comprensión, y con la comprensión llega la compasión. 

Compasión.

¡Qué gran palabra; qué hermosa!

La compasión no es lástima; es mucho más que eso. Es mucho más incluso que su significado etimológico: padecer con. Es comprender el padecimiento, y eso sí que redime. Ya no es necesario seguir empujando esta rueda de molino que nos tritura. De repente logro perdonar. No ha habido esfuerzo, ningún esfuerzo. Ni siquiera me he dado completa cuenta del momento exacto en el que se ha producido la catarsis. Sólo constato una vez más que no ha habido esfuerzo, sólo comprensión. 

Respiro una serenidad por largo tiempo esquiva, y es increíble cómo al recobrarla me siento capaz de todo. 

Hoy he abrazado el dolor, pero he vencido al sufrimiento. 





Mariaje López.
(Si lo deseas puedes dejar un comentario)

8 comentarios:

  1. Vale, lo confieso. No sé qué es el rencor y por tanto no sé qué es perdonar después de mucho tiempo. Soy una persona de emociones fuertes y extremas (cada vez menos, es lo que tiene la edad), pero jamás he sentido rencor. He sentido amargura, rabia, enfado, tristeza, dolor... pero nunca rencor. Lo máximo que he experimentado ha sido un cabreo profundo, pero tampoco me ha durado demasiado, y una vez disuelto, ya está. Prefiero retirar de mi vida las personas que no me interesan y no sufrir por sus comportamientos hacia mí, es decir, si alguien me hace daño, la aparto, no le doy la más mínima oportunidad a partir de ese momento, la condeno al más puro ostracismo y al olvido más absoluto, de forma que cuando sale a relucir en alguna conversación, es como si fuese alguien ajeno a mí. Por eso tampoco entiendo la compasión. Además es un término que no me gusta, me parece peyorativo (esto es algo totalmente personal, por supuesto, entiendo tu forma de verlo y me agrada) , me convence más la empatía. Sé que es algo difícil de explicar, pero a grandes rasgos te diré que, para mí, compadecerme de alguien es como si esa persona fuera menos que yo. Empatizar con alguien es intentar ponerme en su lugar para intentar (otra vez) entender su reacción y justificarla o no. Para mí la compasión va unida a la pena (por alguien) y la empatía no. No sé si me explico... porque me está costando. Me alegro mucho por ti que hayas conseguido perdonar y soltar lastre, ya me dirás qué se siente porque tiene que ser súper gratificante. Mi perdón es más inmediato que el tuyo, y el olvido... ni te cuento. ¿Tendré alguna tara emocional? ;-D

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    1. Naturalmente que no eres rencorosa, de eso doy fe. Es una razón más para admirarte y felicitarte. Sin embargo yo hasta ahora no podía alcanzar ese estado. No con las personas que me han dañado seriamente. Ha sido una liberación, si, y la paz, un bien tan precioso para mí, ahora es más completa. Bien sabes que no es una tara perdonar y olvidar pronto, pero a algunos, como puedes ver, nos cuesta mucho. Peor para nosotros. De todas formas sé que te alegra mi cambio de estado, ;))

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  2. Decía, en un comentario que no salio,: dos buenas reflexiones.

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    1. Gracias Pura. Conviene seleccionar primero el perfil, porque en efecto, al comentar primero y seleccionar el perfil después, suele borrarse el comentario. A mí me ha pasado en algún comentario largo que luego no he tenido ánimos de reproducir; por eso suelo copiar antes de publicar, por si algo sale mal, y entonces sólo tengo que pegar.

      En respuesta a tu comentario, sólo añadir que además de reflexiones son experiencias reales, por desgracia la una y por suerte la otra.

      Un saludo. :)

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  3. Perfecta y poeticamente bien explicado, deja Mariaje que te diga no obstante, que no se como lo has hecho para que solo se cayera y desarareciera el rencor, llevo años intentandolo pero sige ahí dentro bajo el dolor creando esa acidez que te sube a la garganta, felicidades por tu logro

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    1. Estimado amigo: agradezco tu felicitación, y la acepto por lo que me reporta de bueno, pero no me toca, pues yo poco he hecho para curar mi rencor. Me esforcé si, pero no fue eso lo que al fin dio resultado. Es más bien la mirada lo que ha cambiado, retroceder para apreciar mejor el cuadro en su conjunto, y en el conjunto ver el origen de las cosas.

      Un beso.

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  4. Benditos los días en los que cae algo tan importante como el rencor, ¡el espacio que libera! Espero que ya no pierdas el mando nunca. Y pena que no tengas la fómula exacta para compartirla, le vendría tan bien a esta sociedad, a este mundo...Enhorabuena. Que la paz sea contigo.

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    1. Ja ja. Gracias Tucho. La verdad es que estoy muy feliz.

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