lunes, 11 de diciembre de 2017

Nadar en el barro



Imagen: Yeison Gualdrón



Asomarse a la maravilla que somos al nacer, encontrar el hilo de la pureza nativa, ese frágil equipaje con el que llegamos al mundo, el milagro evolutivo que somos... tocar esa grandeza es imposible aterrizados en la edad adulta, si no se parte del conocimiento de nuestra miseria. 

Para querernos es preciso admitir que no somos como nos gustaría ser, ni mucho menos perfectos, como al nacer, para desde esa certeza avanzar sinceramente hacia algo mejor. Únicamente en la aceptación de lo que somos, sin tunear las sombras, podremos ofrecer al mundo y ofrecernos en primera persona lo mejor de nosotros. 

Esta será sin duda la mayor conquista de cada día, convivir con esa parte reprimida de nosotros que no nos gusta, deseando mejorarla de forma honesta, sin traicionarla ni querer ignorarla, enterrarla viva —tan viva—, a veinte metros bajo el suelo. Es preciso mirarla de frente, y hasta de perfil, para aprenderse su anatomía al milímetro, para saber cómo respira. Hemos de hacerlo si lo que esperamos es llegar a amarnos como necesitamos. Es preciso hacerlo para consolar ese anhelo de sentido, para suturar el caos en nuestras vidas y no acabar siendo también el caos en los otros. 

Para tocar las estrellas de la pureza nativa, o lo que de ella quede, primero hay que aprender a nadar en el barro. 


Mariaje López
Licencia Creative Commons Tu  escritora personal por Mariaje  López se encuentra bajo una Licencia  Creative Commons Atribución-NoComercial-

4 comentarios:

  1. En el barro estamos, creo, desde que nacemos. La cuestión es, en efecto, aprender a nadar, a flotar, a surfearlo y, para los más inquietos, a moldearlo a medida, sí. No conozco la perfección y por tanto no sé si me gustaría ser perfecto. Buena incursión metafísica.

    ResponderEliminar
  2. Obviamente hay que conocerse bien para apreciase, tener conocimiento de donde nacen nuestras limitaciones nos ofrece un conocimiento enriquecedor para querernos a nosotros mismos como corresponde

    ResponderEliminar
  3. Terrorista30/12/17, 6:56

    En el barro estamos y hay que conocerse, realmente conmovedor. Solo falta añadir que de barro somos y con barro moldeamos, seguro que tiene amigas que con barro crean figuras en el torno. No olvide usted que el barro mancha, pero que en la edad de la pureza nativa, nos encanta mancharnos sumergiéndonos en él. Sin olvidar que hay peleas femeninas en el barro realmente muy sugerentes.... feliz año y no se meta usted en charcos, y en barro por añadidura el año próximo

    ResponderEliminar
  4. Terrorista30/12/17, 7:26

    Sra. López permitame añadirle que el hilo de la pureza nativa, ese frágil equipaje (también ligero porque no, como dijó antes alguien), milagro evolutivo, es un concepto restringido con evidentes connotaciones intrínsecas, que tendría que ser manejado con la máxima prudencia y sumo cuidado.

    Por otro lado, debería tener en cuenta la dificulta de tunear sombras , dado que en definitiva las sombras no dejan de ser un reflejo de las personas u objetos que reflejan, y que no son uniformes y cambian y modifican su aspecto y su esencia por tanto, en función de variables como es la posición que ocupe lo reflejado y el angulo con que el astro solar enfoque la persona u objeto cuya sombra proyecta, e incluso depende desde donde se visualice la sombra se proyectará de una manera u otra, de forma que pueden existir múltiples y diferentes visiones de la sombra que cada vida necesita tunear.

    Por otra parte y teniendo todo esto presente, consolar ese anhelo de sentido resulta embriagador pero realizarlo con el fin de suturar el caos, es cuando menos paradójico, a mi modesto modo de ver.

    Para finalizar le deseo de corazón que sepa usted nadar bien y se desplace agilmente por el barro, extremo harto difícil por cuanto no deja de ser materia espesa, todo ello con el fin de que realmente pueda usted disfrutar de lo lindo de tocar las estrellas de esa pureza nativa tan ideal.

    Realmente he disfrutado de la lectura de su reflexión, y Sra. López se lo afirmo sin sorna ni acritud alguna.

    Le deseo lo mejor en el año que empezará después de mañana día 31.

    ResponderEliminar