miércoles, 29 de agosto de 2018

Beatricia: Prefacio (Bowie)


A manera de pequeño regalo, iré poco a poco dejando aquí el prefacio y los tres primeros capítulos de Beatricia, con ánimo, no lo niego, de incitarte a proseguir el viaje.



PREFACIO 

BOWIE


Anoche me acosté con el firme propósito de reanudar hoy la corrección de Beatricia, latido inquieto de mi conciencia desde medio año atrás. Seis meses de hospitales y noticias regulares. Aspiro a una mejoría que llega demasiado lenta, dudosa a veces. Ya vuelco la mano derecha en el teclado, no sin que mis tendones protesten; pero he dicho que de hoy no pasa.

Me despierta de un tajo la muerte de Bowie, tiene que ser una broma infame. En Twitter leo: "Lamento mucho y me entristece decir que es verdad”. Es Duncan, su hijo, el director de la conmovedora y premiada Moon.


Has elegido esta mañana para irte, precisamente esta mañana en la que resucita Beatricia, querido David. Me desplomo en el sofá, taciturna. Escucho Starman, que siempre me devuelve a mis quince años, cuando estrené con ella mi primer reproductor de casetes. Y también Life on Mars, cuyas dos primeras estrofas parecen escritas para este libro:

It’s a god-awful small affair
to the girl with the mousy hair.
but her mummy is yelling: “no”
And her daddy has told her to go.
But her friend is nowhere to be seen
now she walks through her sunken dream
to the seat with the clearest view
and she’s hooked to the silver screen.
(1*)


Cierro los ojos y estoy en una plaza de Alcalá de Henares, apoyada en una fuente. Mi imaginación cruza un bosque de luz, un desierto rojo, un lago imposible, un mar de barro… Entes fantásticos gritan mi nombre desde su retiro, piden luz y libertad.

Y me miran otros seres, quizá más irreales, aunque estén vivos. Ni unos ni otros volverán a ser los mismos después del parto.

El agua helada espanta las brumas, y bajo mis pestañas húmedas se desvela sin prisa una silueta acercándose: es una figura anacrónica que descubre con elegancia su cabeza e inclina el rostro barbudo.

—Llevamos mucho tiempo esperándote.
—Sí.

Me ofrece su brazo, y el gesto se me antoja familiar. Acepto sin mediar palabra, y con un movimiento correspondo al suyo. Caminamos sobre los adoquines de un suelo que se diluye a nuestro paso. Entre esas nieblas de realidad y ficción escucho su voz grave y confiada:

—Hasta hoy has esbozado nuestro destino, ahora comienza el verdadero viaje: el tuyo. Estarás a un instante de nosotros, y solo yo lo sabré.

—Solo tú lo sabrás,repito sonámbula.
—Quizá alguno intuya una presencia ajena, pero estarás más allá de su percepción. ¿Estás lista?
—Lo estoy.

Vuelvo a Beatricia del brazo del amor, por mi propio laberinto, ahora que Bowie encuentra una salida al suyo. Una triste y gloriosa coincidencia que sella el destino de mi trabajo. No puedo menos que dedicárselo.

Gracias, Duque, porque hasta tu peor creación siempre fue mejor que la más buena de muchos.

11 de enero de 2016.


(1*) Es un pequeño lío terrible / para la chica de pelo castaño /pero su madre está gritando: “no” / y

su padre le ha dicho que vaya. / Pero su amigo no está a la vista en ningún sitio / ahora, ella camina

a través de su hundido sueño / hasta un asiento con mejor vista / y está enganchada a la pantalla

de cine.



De la obra Beatricia: © María Jesús López Laderas
Ilustración de portada: ©
Edición: © M.A.R. Editor
Noviembre de 2016
http://www.mareditor.com
info@mareditor.com
ISBN: 978-84-944925-6-3
Depósito legal: M-14149-2016
Diseño de la colección: Absurda Fabula
Maquetación: Rojo Pistacho
Impreso en España

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