Tu escritora personal: Beatricia en Colmenar Viejo: un parnaso familiar.

Llegamos de Barcelona y apenas le dimos tiempo a Merilio para cambiar de camisa. El día 4 le tocaba visita a la Biblioteca Pablo Picasso, de Colmenar Viejo. De algo le tenía que sonar el nombre del pueblo donde fue gestado, por más que viera la luz en Alcalá de Henares. Pero la luz en la que se fue formando era la de Colmenar, el vientre donde creció día a día como un hijo deseado, fue la serenidad de un jardín embadurnado en luz y gorjeos de pájaros. Fue en su quinta epifanía cuando Merilio regresó al Parnaso de las Musas, que en resumidas cuentas no era la Bola del Mundo, ni siguiera el Pico de San Pedro ni ningún otro más chato, sino un porche de la calle Juncos o bajando más, un rincón entre flores y jazmines, llamado así, el Rincón de Majelola.

Con quien primero hablé de presentar Beatricia en Colmenar fue con José Antonio. mi particular señor Koreander, el librero bilbaíno, de Getxo para más señas, propietario de La Librería de la Fuente, el minirecinto con más literatura por metro cuadrado que conozco. Allí esbozamos los primeros pasos. José Antonio me comentó que su hijo Iosu estudiaba para actor, y que ya había presentado libros otras veces. Yo le dije que necesitaba un actor, además de un cantante, una actriz y un músico.

Iosu y José Antonio de la Fuente, padre e hijo.

La segunda persona a quien pedí cita fue a Andrés Guerreo, artista gráfico y escritor veterano, con muchas publicaciones y ventas a la espalda. El hoy director de la Biblioteca Pablo Picasso es un hombre franco, amable, buen conversador y poco convencional. No tardó mucho en responderme que contara con la cesión de una sala. Le regalé Beatricia y a pesar de que no le gusta el género fantástico ni la ciencia ficción, me dice que lo leyó enterito. Muy de agradecer, sinceramente. Y además afirma que está muy bien escrito y que le han gustado los personajes. No sé si cae en la cuenta del regalazo que me hace, porque a personajes bien hechos, a él pocos le ganan.

Andrés Guerrero, ilustrador, escritor, y Director de Progrmaciòn de la Biblioteca Pablo Picasso.

De vuelta a casa ya tenía yo en mente quién iba a cantar Life on Mars, si aceptaba hacerlo. Y como Beatricia lleva su magia por donde pasa, al día siguiente me encontré con la mismísima Eva Represa, y me dijo que sí. Menudo subidón. Eva es menuda, tiene una carita dulce y traviesa, y uno no imagina que de esa garganta pueda salir el torrente de voz que sale. Pero ahí va, lo suelta y deja sin respiración al que la escucha. Un chorro que ella conduce exactamente por donde quiere. Un lujo.

Eva Represa, cantante.

Luego conocía a Iosu en persona. Dispuesto él, con chispa, guapo con avaricia, y muy joven. No importa, Merilio tiene la edad que quiere porque no tiene edad, ya lo he dicho más veces, así que bien. "Si quieres déjate barba, o bigote, y si no da igual". Hay ensayo a las cinco en la biblioteca, y él llega el primero. Me doy cuenta de que tiene empaque el chaval, un rostro que emana luz. Dará muy bien en pantalla, tiene un rostro de esos que atrapan la cámara. Y encima de interpretar con garbo, el chico escribe bonito. Otro talento en ciernes al que hay que seguir la pista.

izda y dcha: Iosu de la Fuente, actor y presentador del acto.

Ya teníamos sala, librero, presentador, actor, y cantante. Nos faltaban la actriz y un músico. No quería yo música en lata si podía evitarlo. Pero se acercaba la fecha... y nada. Preguntando por aquí y allá, en la Escuela de Música de Colmenar Viejo, a parientes, amigos, conocidos... nada. Me empiezo a estudiar el papel, porque la actriz voy a tener que ser yo. Vale.

Falta una semana escasa y seguimos sin músico. ¡Ay señor!

Me consuela la seguridad de que Eva puede cantar a capela sin problemas y dejarnos boquiabiertos igualmente. De acuerdo. Pero lo que no sé, porque gracias a dios no me lo ha dicho, es que ha cogido una bronquitis y a tres días del evento está sin voz.

Me llama Pilu del Río. ¡Bendición! Que ya tenemos guitarra. Es Santiago Reguero, que conoce por Jesús, el batería, nuestro común amigo y suyo de más tiempo. Ambos coincidieron durante la última etapa del grupo Oxigeno, tributo a Pink Floyd. Llamo a Santiago y ya me da la impresión del buen hombre que es, y al que no le calza nada bien el embrollo porque no le queda tiempo y además Life on Mars, aunque no lo parezca, es un tema complicado de aprender, de tocar, de cantar, y hasta de leer. Sí... Bowie hacía estas cosas. Y sí, en el estreno de Madrid Yeyo Bayeyo tuvo mucho mérito al aprendérselo, tocarlo y cantarlo todo en uno y en escaso tiempo también. Santiago otro tanto por aceptar, por aprendérsela en un día y medio, y por acudir a la cita con la mejor sonrisa y regalarnos su presencia tranquila y afable. Por cierto, que Santiago compone, y toca en el grupo country Red Moon.

Santiago Reguero, músico y compositor, y Eva Represa.

Eva se ha inflado a antibióticos y aunque rebajando su tono normal, puede cantar. Sergio sale de recepción por duodécima vez y nos pregunta que si necesitamos algo. Gracias Sergio, tan eficiente.

Va llegando el público, entre ellos familiares, amigos, conocidos, y desconocidos. Estuvo Andrés Guerrero, de quien ya he hablado, y Julia García, escritora. También Manuel Requena, otro autor que sabe dar abrazos como nadie, y Elisa Enalay, diseñadora de Joyas a la Carta, con quien a veces colaboro en dedicatorias. Entra Miguel Géner, fotógrafo destacado de el periódico El País y escritor también, y MartaVirseda, maravillosa ilustradora y hada cuando se suelta el pelo y nadie la ve. Y mis ya entrañables amigos Cristina Benavent y Yeyo Bayeyo, que me hicieron creer que no irían, y fueron, y duplicaron la luz de la sala con su mirada atenta y cariñosa.

Cristina Benavent Atienza, actriz, y Yeyo Bayeyo, actor, locutor, cantante, pianista y compositor.

Ya casi acabando llegaría Vera Kújareva, editora, con su preciosa hija a la que yo no conocía. Me alegró verlas.

Sólo quedaba que cada uno de nosotros hiciese lo que le tocaba. Yo como pude, ellos fantásticamente, y el librero Koreander al fondo, presumiendo de hijo porque puede. Tengo que mencionar a Alicia, la gran Alicia Martín Colmenarejo, mi cuñada, que siempre está cuando la solicitas y que lo fotografió todo. Que todas las Alicias fueran como ella y el mundo se arreglaría bastante, solo con eso.