Regresamos a la casa donde crepita el fuego, donde los besos corren persiguiendo el lecho de una rara luna. Los sentidos cautivos en el fulgor de una noche de escandalosa belleza.
En la presencia de una fuerza propia desacostumbrada, la autofanía se agolpa intensa en las fibras desatando olas de rubor escarlata. Crestas que se precipitan raudas entre la piel, donde nacen y mueren horas extrañas de agua y cantal, de vértigo pregonando su hechizo libertario. “Esta noche ya no se me olvida” dices conmovido. Y yo te creo porque la verdad permanece.
Mariaje López© Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.
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