domingo, 15 de diciembre de 2019

Tosca vegana (Microrrelato)


Imagen: Depositphotos.com



Las entradas se agotaron a las pocas horas de ponerse a la venta. Ningún aficionado a la ópera quería perderse el estreno de Tosca en la ciudad, ya que el papel principal sería interpretado por la máxima estrella del momento, la gran Maruaya Palas. La diva, además de famosa por su portentosa voz, lo era por su deficitaria visión, que se acentuaba en escena y demás apariciones públicas al tener que prescindir de los lentes, de considerable aumento, que usaba en la intimidad.
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El día de la cita con la música del maestro Pucchini ha llegado. El Acto II toca a su final, y los espectadores contienen el aliento mientras Maruaya Palas, Tosca, se aleja de su oponente, Paolo Saltini, el barítono que interpreta al Barón Scarpia, y que en ese momento está ocupado en redactar el salvoconducto que permitirá a Tosca huir con su amante, el pintor Cavaradossi.

Scarpia ha dejado su cena a medio terminar, y Tosca, junto a la mesa, rebusca a tientas el cuchillo que él ha estado utilizando poco antes, sin dejar de vigilar a su enemigo entretanto. Durante la secuencia musical que acompaña a la escena, se estropea el foco que ilumina la mesa, lo cual pone en apuros a Maruaya, que rebusca el objeto de su afán sin resultado.

Scarpia ha terminado de escribir; sella el documento y lo dobla. Tosca sigue palpando a la desesperada mientras el barón se aproxima a ella con los brazos abiertos. Suspira aliviada cuando sus dedos se encuentran con el mango del cuchillo. Siente en su mejilla el aliento de Scarpia, enfermo de deseo — ”¡Tosca, por fin mía!”—, y contempla su gesto lascivo mudado en estupor cuando la diva lo apuñala en el pecho con un plátano de atrezo, al tiempo que le grita: —¡Questo è il bacio di Tosca!*

*¡Este es el beso de Tosca!   

Mariaje López©Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.

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