PREFACIO
Bowie
11de Enero
de 2016
Anoche me acosté con el firme propósito de reanudar
hoy la corrección de Beatricia, latido inquieto de mi conciencia desde medio
año atrás. Seis meses de hospitales y noticias regulares. Aspiro a una mejoría
que llega demasiado lenta, dudosa a veces. Ya vuelco la mano derecha en el
teclado, no sin que mis tendones protesten; pero he dicho que de hoy no pasa.
Me despierta de un tajo la muerte de Bowie, tiene
que ser una broma infame. En Twitter leo: “Lamento mucho y me entristece decir
que es verdad”. Es Duncan, su hijo, el director de la conmovedora y premiada Moon.
Ha elegido esta mañana para
irse, precisamente esta mañana en la que resucita Beatricia, querido David. Me
desplomo en el sofá, taciturna. Escucho Starman,
que siempre me devuelve mis quince años, cuando estrené con ella mi primer
reproductor de casetes. Y también Life on
Mars, cuyas dos primeras estrofas parecen escritas para este libro:
It's a god-awful small affair
to the girl with the mousy hair.
but her mummy is yelling: "no"
And her daddy has told her to go.
to the girl with the mousy hair.
but her mummy is yelling: "no"
And her daddy has told her to go.
But her friend is nowhere to be seen
now she walks through her sunken dream
to the seat with the clearest view
and she's hooked to the silver screen.*¹
now she walks through her sunken dream
to the seat with the clearest view
and she's hooked to the silver screen.*¹
Cierro los ojos y estoy en una plaza de Alcalá de
Henares, apoyada en una fuente. Mi imaginación cruza un bosque de luz, un
desierto rojo, un lago imposible, un mar de barro… entes fantásticos gritan mi
nombre desde su retiro, piden luz y libertad. Y me miran otros seres, quizá más
irreales aunque estén vivos. Ni unos ni otros volverán a ser los mismos después
del parto.
El agua helada espanta las brumas, y bajo mis
pestañas húmedas se desvela sin prisa una silueta acercándose: es una figura
anacrónica que elegante descubre su cabeza e inclina el rostro barbudo.
–Llevamos mucho tiempo esperándote.
–Sí.
Me ofrece su brazo, y el gesto se me antoja
familiar. Acepto sin mediar palabra, y con un movimiento correspondo al suyo.
Caminamos sobre los adoquines de un suelo que se diluye a nuestro paso. Entre
esas nieblas de realidad y ficción escucho su voz grave y confiada:
–Hasta hoy has esbozado nuestro destino, ahora da
comienzo el verdadero viaje: el tuyo. Estarás a un solo paso de nosotros, y
sólo yo lo sabré.
–Sólo tú lo sabrás –repito sonámbula.
–Quizá alguno intuya una presencia ajena, pero
estarás más allá de su percepción. ¿Estás lista?
–Lo estoy.
Vuelvo a Beatricia del brazo del amor, por mi
propio laberinto, ahora que Bowie encuentra una salida al suyo. Una triste y
gloriosa coincidencia que sella el destino de mi trabajo. No puedo menos que
dedicárselo.
Gracias, Duque, porque hasta tu peor creación
siempre fue mejor que la más buena de muchos.
Enero de
2016.
*¹ Es un
pequeño lío terrible
para la chica de pelo castaño,
pero su madre está gritando: "no",
y su padre le ha dicho que vaya.
para la chica de pelo castaño,
pero su madre está gritando: "no",
y su padre le ha dicho que vaya.
Pero su amigo no está a la
vista en ningún sitio,
ahora, ella camina a través de su hundido sueño,
hasta un asiento con mejor vista,
y está enganchada a la pantalla de cine.
ahora, ella camina a través de su hundido sueño,
hasta un asiento con mejor vista,
y está enganchada a la pantalla de cine.
(Life on Mars)
Prefacio de Beatricia, novela de Mariaje López, M.A.R. Editor
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