Tu vida seca, de náufrago a la desesperada,
de grito acostumbrado al vértigo,
al límite de lo impensable,
tu vida,
con ese nombre que la sobrepasa,
porque no puede llamarse vida a eso
que te va matando con tu venia,
sin resistencia.
Tu vida rota por los otros,
tu vida rota por ti,
por tu rabia contenida que a veces escapa,
desbocada,
que hiere hiriéndote, entre miserables aullidos de loco.
Tu vida acostumbrada al barro y a las cortinas echadas,
a la quemadura del silencio amargo y lágrimas afiladas,
sin rumbo ni camino que recorrer,
sin lamentos ya, viendo como tus propias sentencias
te escupen a la cara su inmensa cobardía,
hija de tu odio contra todo lo que no te atreviste a ser.
Y yo con esta herida blanda, abierta, constante.
Dolor de no poder ayudarte porque no te ayudas,
y este miedo de que me arrastres a tu muerte en vida.
Te miro desde lejos, impotente;
incrédula de la pulsión suicida de nuestra especie.
Mariaje López Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.
La verdad estremece leer su texto, produce una sensación de desasosiego imponenete
ResponderEliminarEstimado Salayero: No son textos de este estilo lo que abunda aquí, en esta casa, pero de vez en cuando incluyo alguno, porque como decía en una publicación anterior, la casa también acoge los desasosiegos y con la actitud precisa hasta los exorcisa. Un abrazo.
EliminarLa verdad es que está tan extremadamente bien construido, que hasta sentí miedo imaginando un protagonista. Hace bien acogiendo a todos sin excepción, que todos necesitan ser acogidos en algún lugar sin restricciones. Gracias preciosa
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