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Caminas en el bosque solitario, vas descalzo. Te persigue tu dolor, vestido de blanco puro. Cansado de huir, te detienes, y le espetas a bocajarro:
—¿Hasta cuándo me perseguirás?
—Hasta que me comprendas y no huyas de mí.
—Dime otra cosa: ¿Cómo osas llevar un traje tan radiante siendo tu alma oscura?
—No te confundas —te responde con una dulce sonrisa—. El dolor es siempre puro en esencia, y en su vestidura la sabiduría resplandece.
—¿Y qué debo hacer para comprenderte?
—Escucharme, solo eso.
—Está bien, sentémonos junto al arroyo, bajo aquel árbol grande.
Tu dolor y tú conversáis largamente, en lo profundo del bosque. Cuando lo comprendes ya no te molesta su compañía. Sabes que algún día se irá, y que cuando lo haga, tú guardarás sus palabras para recordarlas siempre.
Mariaje López©Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.
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