sábado, 13 de abril de 2019

Con el corazón en la mano: Bodies The Exhibition





Un grupo de tres o cuatro personas le hacía preguntas a una joven estudiante de medicina. Enfundada en una bata blanca, tras un pequeño mostrador, satisfacía la curiosidad de los visitantes mientras ponía a su disposición aquellos órganos humanos polimerizados. Nos encontrábamos en el tramo final de Bodies The Exhibition, en Madrid. 

Un hombre de aquel grupo me ofreció el corazón que tenía en la mano. Tuve una sensación extraña al tocarlo. Sostener un corazón humano, por muy plastinado que esté, provoca cierta aprensión si sabes que es de verdad y no estás acostumbrado. Ya me imagino que para un cirujano esto es un mero juguete didáctico, más para mí se trataba de un corazón que había estado latiendo en el tórax de una persona viva, y eso no está al alcance de la mayoría, aunque también es indudable que la mayoría lo prefiere así. A servidora, por descontado que nunca se le había pasado por la cabeza que le pudiera suceder tal cosa, ni que alguna vez pudiera llegar a decir una sola palabra con el corazón en la mano,  tan literalmente. 


En verdad la exhibición era impactante. Uno de los cuerpos me pareció incluso artístico: a la carrera y con la mayor parte de los músculos desplegados y separados del origen, parecía haber alcanzado la ingravidez y la grácil apostura de un pájaro. Quedé fascinada. Me admiró la precisión diminuta de los huesos más pequeños del cuerpo: los de la cadena del oído interno, y me impresionó el milagro de un corazón más ínfimo que la cabeza de un alfiler, capaz de latir en un feto microscópico. 

Viendo esta exposición te entran muchas ganas de cuidar el cuerpo, te das cuenta como nunca de la máquina tan maravillosa que es y te parece sacrílego hacer algo que la pueda estropear. Lo digo con el corazón en la mano.

Mariaje López© Tu  escritora personal por Mariaje  López se encuentra bajo una Licencia  Creative Commons Atribución-NoComercial.

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