Que no me falte el valor de mirar el último rincón de mis moradas, que el miedo no impida desplomarse a los harapos colgados de mis ojos, que no tenga misericordia para desnudar las mentiras con que acicalo mi espejo.
No me ha de matar la verdad, me sentenciará la herida de su mordaza.
Que no me falten las lágrimas precisas, las que aplacarán el polvo de mis sandalias, las que bendecirán mis noches y mis días.
Que no me falte el amor debido para contemplarme, que no me tiemble el pulso para arrancar las páginas marchitas.
Que no me falte el coraje de ser quien soy: una débil llama abrazada a la vida.
Mariaje López©Tu escritora personal por Mariaje López se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial.
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